grillosazules

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Wednesday, December 10, 2008

En la era de la telefonía móvil, el inalámbrico y la banda ancha


Señores, me tomo la libertad de pasarles este comentario que recibí hoy en mi bandeja de entrada, en la seguridad de que lo van a disfrutar tanto como yo lo disfruté, lo ha escrito alguien llamado Hernán Casciari a quien no conozco ni una pizca, pero igual le agradezco por su ingeno y el haber puesto en mí una sonrisa en esta mañana impredecible.

El celular de Hansel y Gretel

Anoche le contaba a mi hijita Nina un cuento infantil muy famoso, el de Hansel y Gretel de los hermanos Grimm.

En el momento más tenebroso de la aventura, los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer. Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: 'No importa.

Que lo llamen al papá por el celular'. Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura -toda ella, en general- si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años. Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción. Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra.

Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía. Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.¿Ya está? Muy bien.

Ahora ponga un celular en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda. ¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?. La Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las viejas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor. Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.

Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria. Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam. Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica. Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí. Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana. Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación.

Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil. Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa. La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler).

Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis: M HGO LA MUERTA,PERO NO STOY MUERTA.NO T PRCUPES NIHGAS IDIOTCES. BSO.Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción 'Banda ancha móvil' de Movistar.

Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados. La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría 'Cien años sin conexión': narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmornig) pero a nadie le funciona el Messenger.

La famosa novela de James M. Cain -'El cartero llama dos veces'- escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría 'El gmail me duplica los correos entrantes' y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir. Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, 'Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura', la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.

En la obra 'El jotapegé de Dorian Grey', Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición. La bruja del clásico Blancanieves no consultaría todas las noches al espejo sobre 'quién es la mujer más bella del mundo', porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90 la conexión y 0,60 el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes.

Y al final se cansaría.También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi.

Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa.

La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche la Nina, sin querer- nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles. Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora? No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá.

Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador. ¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje binario, una alarma. Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan. Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas, incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.

1 Comments:

Blogger Josemi FN said...

Mi niña linda. Alguien dijo alguna vez que cada epoca tiene sus fantasmas y misterios. No digo más. Te dejo un cuento de la era de los teléfonos máviles... ah y porsupuesto un besito.
Mensajes

Por fin la noche se ha tragado la ciudad con edificios y todo y ahora estoy en su vientre tratando de seguir despierta, porque estoy segura que durante el sueño nos deshacemos y cuando vuelve a salir el Sol ya somos otros. Así que puedo amanecer Ruts con toda la ilusión que le hacen sus vacaciones en Estocolmo; o mi madre con su depresión permanente; o una gaviota sin equipajes ni amores posesivos. Pero es que hoy quiero una prórroga a mis veinticuatro horas porque me ha gustado mucho ser yo la víspera.
Te llevaste sin querer entre los tuyos el libro de Engels. Recuerda devolvérmelo.
Ah ya... Dios, soy la distracción con nombre y apellidos. Tranquila Ruts. Mañana te lo devuelvo. Te tengo una sana envidia, sabes. No sé como logras esa paz tan llevadera. O tal vez lo sé y no quiero darme por enterada. ¿Será que crees que has conquistado a David?, ¿O que él te ha conquistado a ti? ¿Sabes que quiere decir para toda la vida? ¡Ah mi amiga! Seguramente ayer eras decana de la facultad de filosofía. Tan hecha como de cera, sin un solo molino de viento detrás de las pestañas. Ahora seguramente te quedarás dormida y mañana amanecerás Madre Teresa de Calcuta, o patita nadando en el acuario. ¿No te asusta?
tuo mi manchi principessa
Anda... ¿cuantas palabras necesitas para sembrar esa intranquilidad en mi, amor? ¿Cómo te las arreglas eh?
Por favor no te duermas, sigue despierto y creyendo que no te amo. Sufre, desespérate imaginándome con John, tal vez haciendo el amor, y después enfrascados en una disquisición vibrante sobre un tema trascendental, desnudos, con esa mezcla de jugos en el cuerpo. Si supieras que eres mi pequeño universo paralelo.
Si te duermes, ¿quien serás mañana? ¿Un gorrión dueño de todos los balcones?
¿O prefieres despertar Gulliver en el País de los enanos? ¿Acaso aquel norteamericano que ha llenado el mundo de ordenadores y ahora nos vende uno más moderno cada año?
Nena, si vas a la playa mañana recuerda la crema que tu piel es sensible eh. Ah, y llámame por favor, hace días que no hablamos. Besos.
Si Mama te llamaré.
Por favor déjame pensar un poco. Será que no podré tener una pizca de intimidad ni en la barriga de la noche. ¿Aquí también tienes cobertura?.
Es que necesito pensar en Alex. En el amor de nosotros y llegar a un acuerdo con migo misma. Dios del cielo: me pongo de acuerdo con mis compañeros del trabajo, con los del grupo de la Universidad, con el abogado, con mi jefe, con mis padres... y sin embargo no logro ponerme de acuerdo conmigo.
A ver gatito... ¿crees en la telepatía? ¿Estás despierto ahora? Si pudieras darte cuenta que pienso en ti, que tus ojos los tengo encajados en un riñón.
Estoy cerca de la U. ¿podremos comer juntos?
Claro John. Pero si lo habíamos acordado desde la mañana. Ya comimos y cenamos y ahora te has dormido en mi cama como si quisieras demostrarme que ustedes son iguales que los carros de la montaña rusa: cada vez suben menos... hasta detenerse. Y eso que vives en NY, y la Meca de la cultura con estatua de la libertad y todo. ¡Que eres agradable eh John!. Un niño grande que cree tener a Dios por las barbas porque naciste en Estados Unidos y en caso de apuro te vas por el mundo con un porta aviones cuidando tus espaldas y llamas al señor embajador y ya está. Y yo te he hecho el juego y me he dejado conquistar por ti sin sentirme conquistada. Solamente que necesitaba alguien que me ayudara un poco a zafar el lazo.
¿Cómo va todo con el rubio, niña? ¿Cuándo os vais a América? ¿Les haré la visita en las próximas vacaciones?
No, querida Ruts. Creo que no tendrás que andar mucho para verme en las próximas vacaciones. A menos que te vayas tú con él.
Me gustaría mucho pasarlas con mi gato. Pero... ¿Porqué quieres poseerme?... Si soy tan linda cuando soy libre, si solamente puedo hacer que me ames cuando no puedes alcanzarme. A ver gatito... ¿qué harías si voy ahora mismo y me instalo en tu apartamento, o tu vienes al mío y nos volvemos los cotiledones de una semilla?. ¿Qué harías si supieras que desde la tarde aquella que nos conocimos no he dejado un minuto de desearte, ni de pensar en ti, ni de tener sueños con irnos a una cabaña alejada del mundo a zurcir tus calzoncillos con mis manos y cultivar una huerta? ¿Qué harías si supieras que he fantaseado con una pequeñita de ojos verdes y vivos como los tuyos y mi piel morena? Nada Gatito, no lo sabes. Te lo diré yo: te sentirías Rey de Reyes y al tenerme rendida a tus pies me mirarías diferente y dejarías de esforzarte para conquistarme y al amor le pasaría igual que a las tardes, que la noche termina tragándoselas.
Te informamos que tu saldo está próximo a agotarse.
¿Que saldo?... ¿el de mi cordura?... ¿quiere decir que te llamaré ahora mismo y te suplicaré que vengas, porque el amigo de NY, no tiene magia como la de nosotros y se ha quedado dormido, y lo que pudo parecer el pico de una montaña, ahora no es más que un peñasco de hielo?. ¿Quiere decir que se terminan mis veinticuatro horas, que mañana seré una muñeca de plástico en una vitrina?
Estoy tan cansada y rendida de sueño, tan confundida y te he confundido tanto a ti. Porque seguramente crees que ni te recuerdo, y que me interesa solamente salir con el chico rubio de NY. Pero era solamente para que siguieras enamorado de mí... para que sigas conquistándome. Ahora creo que te he perdido y el amigo es solamente eso, sin apellidos. ¡Y no te das cuenta de nada! Caramba, creo que llegó la hora de decírtelo antes que te duermas y el abismo de la noche te convierta de amante en esclavo del miedo.
Tu saldo se ha agotado y no podrás enviar ni recibir mensajes hasta que...
Fin

1:41 PM  

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