En pro de la integridad física de la periodista mexicana Lydia Cacho

Por Elsie Carbó

Desde hace días estaba por escribir sobre esta gran manifestación que se realizó en México contra la violencia, el secuestro y otros males más que enturbian esa sociedad, y precisamente ha sido una amiga quien me ha dado la oportunidad de escuchar de primera mano relatos en los que ella ha sido testigo presencial por encontrarse viviendo y trabajando ahora en ese país, y conocer personalmente algunos casos como el de la periodista Lydia Cacho, quien ha recibido amenazas contra su vida por denunciar valientemente una red de pederastia infantil.

Entonces mientras renunciaba a pedir una sopa tibia de frutos secos del monte, (oferta que brinda el Hotel Saratoga adonde fuimos a almorzar el grupo de amigas entre las que estaban además Lucrecia e Irma, Luz María me contó que la gente tiene mucho miedo a salir a las calles por la amenaza de los secuestros, la violencia, y otras formas de intimidación, que pueden ir desde robar bebés, prostitución infantil, arrebatar bolsos de mano, chantajes y asesinatos, como el del empresario de 30 años quien fuera torturado y rebanado en pedazos con una sierra, mientras su madre Isabel Miranda lo busca aún desesperadamente.

También está el de un muchacho que desapareció de su hogar y los padres han recibido uno a uno los dedos del joven mientras los captores esperaban por el rescate, pero lo más alucinante que me contó mi amiga, quien antes aquí en Cuba fuera la directora del museo de Guanabacoa y después del teatro América, es el caso de esta periodista que en estos momentos vive en peligro al estar mandada a matar por esa mafia todopoderosa que ella ha denunciado a través de sus artículos y sus libros.

Narra Luz María que en cierta oportunidad que las autoridades la llevaban detenida hacia un lugar desconocido del D.F. tuvieron que mantenerse en contacto visual con el carro que la conducía para evitar que fuera sacada del mismo y eliminada, porque esa era la orden que había y hay contra de ella entre los delincuentes que se escudan en las instituciones oficiales que a su vez podrían estar vinculados a estos grupos u organizaciones.

Lydia lo sabe pero es una periodista valiente, que en el 2006 recibió la distinción Fabricio Ojeda al valor informativo, y que no le bastan sus libros de denuncias publicados contra las redes de pederastia infantil y sigue escribiendo, recogiendo testimonios y datos muy importantes que ponen al descubierto las sanguinarias atrocidades que comenten estos maleantes.

Lo cierto es que la tranquilidad ciudadana en el país azteca está quebrada como un jarrón de biscuit, y como violencia es violencia en cualquier plano de la vida, este fenómeno trasciende al plano doméstico familiar y aunque parezca menos peligrosa por la fuerza de la costumbre y el silencio cotidiano, es tan cobarde como un empalamiento o un asesinato, “una mujer allá puede soportar hasta de dos o tres palizas del esposo al día sin que esto la haga pensar que su situación debe cambiar, y ni qué decir de aquellas madres que por temor al marido permiten que éste abuse sexualmente de sus hijas siendo incapaces de acudir a la policía” dice Luz María.

Por otra parte me contaba que el grado de ignorancia en muchas cuestiones elementales de la naturaleza humana es tal que cuando organiza por la Universidad de Can Cún donde trabaja, conferencias y seminarios, muchas de ellas entre mujeres con altos estudios académicos, o asiste a reuniones de café y solaz con algunas amigas, se siente abrumada al escuchar que alguno de los temas novedoso pudiera ser el descubrimiento por alguna de esas compañeras de la existencia de una zona mágico-femenina y misteriosa llamada clítoris.

Y así las cosas no voy a decir más por esta boca mía, solo congratular a las más de diez Organizaciones No Gubernamentales que protagonizaron la multitudinaria marcha en México en contra de la violencia y el secuestro, donde estuvieron también los ciudadanos de honor mexicanos, y los miembros de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género que abogan por la salvaguarda de la integridad física de la periodista Lydia Cacho.

Llamado para ayudar a los damnificados del ciclón

Quién haya visto las imágenes de lo que hizo el huracán Gustav en una parte del territorio de Cuba sabe que nunca como ahora es más necesaria la solidaridad y los gestos altruistas de los que no padecimos en carne propia esta tragedia, por eso es este llamado a las personas de buena voluntad para que donen algo de lo que tenemos en casa y con eso podríamos de alguna manera aliviar el sufrimiento de quienes lo han perdido todo.

Si en cada centro de trabajo y pongo como ejemplo la redacción del semanario Opciones que ya está corriendo la voz entre sus miembros, se recolecta ropa y zapatos, podríamos paliar en algo la miseria en que han quedado los habitantes de esos territorios afectados, por eso es este llamado a quienes lean este blog y sientan como suya la pena y el dolor de nuestros hermanos y hermanas. Sea entonces usted mismo en su lugar de trabajo o estudio el responsable de hablar sobre esto y organizar esta campaña de urgencia y honor ciudadano.

!Felicidades Jose, ya apareció tu hermano¡

Después del terrible Gustav pensé escribir una crónica, pero luego de leer el Blog de José Antonio Rodríguez, desde Miami, no podría haber otra más elocuente sobre lo que sienten muchos cubanos que están fuera de Cuba sobre este desastre. Sin su permiso la reproduzco aquí porque como él hay tantos anclados por el mundo que tienen sus corazones latiendo en esta Isla. Ahí les va.


El tiempo, el viento, la piel

El tiempo pasa veloz, mas de lo que uno quisiera ahora que ya los años que quedan son menos y se apuran mas no se si para irse o para quedarse en todos mis mapas.El jueves pasado me despedí de mi hermano, otra parte de mí con quien hablo por radio todos los días cuando llego del trabajo y sin pasajes ni aduanas entro y salgo a mi país por los cables de una antena. Me dijo que el ciclón partiría medio a medio La Isla. Me dijo también que tal vez se iría a algún lugar con sus equipos junto a la Defensa Civil. Entonces fue que me alarme y le pedí a cuanto santo conocido que no les ocurriera nada.....Me oyeron a medias, nadie murió, pero el viento se ensaño con un pedazo de mis recuerdos, rasgando, moliendo, destruyendo, retorciendo, desclavando, volcando todo, cambiando todo de lugar, regresando a todos a los inicios, con el cielo como única cobija y el desamparo, la soledad y la incertidumbre de estos tiempos difíciles.Menos mal que allí, la naturaleza de las esperanzas, los sueños, la fe y el deseo de vivir son mucho más grandes que la fuerza del viento y del agua...El único contacto seguro es con la radio. Sin electricidad todo deja de funcionar y solo me ha quedado pedir al más grande que ocurra el milagro....Y al fin hoy martes recibo un correo de La Habana, donde Tere me dice que después de mil llamadas telefónicas, supo que alguien lo vio entre los miles que recogían escombros y todo lo que Gustav destruyo. Que estaba bien, que su centro de trabajo había sido dañado y que en su casa solo había entrado un poco de agua por una ventana, que estaba bien de salud....respire.Tal vez como el sabe que para mi es muy doloroso estar tan lejos y con tanta agua por medio, no me diga nada....pero se por todo lo que he visto en la TV que Gerona ya no es la misma y que mis hermanos pinareños, a quienes también Gustav visito, tendrán que seguir luchando por alejar a la cenicienta una vez mas...La Isla, gracias a la solidaridad humana, seguirá siendo algún día una "toronja repartida con amor" como dijo mi tío Renael.Cuando ya de algún modo las cosas vuelvan a la normalidad, sabré que hacer. Ahora por lo menos, podré dormir un poco mas tranquilo, porque se que en ese pedazo de mármol caliente, Isla de Las Cotorras, Isla de Pinos, Isla de Los Piratas, hay también una tierra que seguirá siendo un tesoro, donde hay tanta gente que quiero y que me duele cuando ya mi isla de la juventud no me acompaña tanto tiempo y a mi piel le duele adentro esa distancia sur...Pedro Julio, mi hermano menor, allí tiene raíces y se me antoja regalarme un viaje, pronto a Sierra Caballos, a la Finca el Abra, a Nueva Gerona, a la Fe, que es lo ultimo que se pierde.José A. RodríguezSep 2008